Longo Perrig Argentina, 1993

 

La obra de Longo Perrig se asemeja a una poesía  sobre la negación del vacío en el plano, donde el llenar efusivamente todos los espacios con una radiografía de la creación, corresponde a un impulso de automatismo psíquico.

 

El artista en un comienzo se define como expresionista y matérico, apoderándose del soporte, y permitiendo que proliferen colonias de cuerpos embrionarios que a su vez componen un gran océano metamórfico.

 

En su ejecución y dado que no existe una composición previa, el proceso es tan importante como la imagen cúlmine. Para Perrig la pintura es un organismo que se expande sobre el lienzo,  como un cultivo de bacterias y hongos que va desarrollándose de manera orgánica.

 

“Para mí la pintura es una metáfora constante de la entropía en la que existimos y actuamos. El acto creativo es la búsqueda de sentido constante, el intento de descifrar las relaciones enigmáticas de la existencia. 

Las imágenes que produzco se generan luego de un proceso de trabajo frenético y obsesivo, mediante la superposición de capas de pintura que tienden a ser líneas o planos concretos”

 

Longo Perrig construye en el plano , cual canalizador de formas ,un mosaico de elementos,un rompecabezas frenético de la corriente subterránea de la vida misma, incluso es posible  sentir en su obra  la velocidad y la danza de la sinuosidad de las formas, el movimiento detrás con un ritmo de sistema circulatorio del corazón universal.

 

 Es muy posible que si nos acercamos lo suficiente logremos escuchar esa corriente de vida brotando en una ebullición cadente , porque la obra de Perrig puede sentirse desde la distancia pero también emite un llamado a ser descifrada desde pocos centímetros, esa doble intención visual tiene la capacidad de producir una relación ambigua y sorprendente con el observador.

 

“Mi obra hace foco en el registro de energía y tiempo por medio de la pintura y el dibujo, intenta imitar a la naturaleza en sus diversas escalas. Factores de referencia son la evolución de los organismos, el caos y aquellos movimientos que percibimos por medio de nuestros sentidos y la ciencia, pero que no podemos apreciar en su totalidad, como por ejemplo los ritmos en nuestro cuerpo y el universo”.

 

Matías Longo Perrig, nace en Coronel Suárez , provincia de Buenos Aires un día 12 de Agosto de 1993. De familia de ascendencia alemana , Perrig forma parte de un ensamblaje cultural propio de las zonas rurales de Sudamérica.

 

 Así es cómo a los 10 años comienza a compartir  horas de creación de mosaicos junto a su abuelo, quién obtenía de anticuarios y desarmadurías trozos de mármol de Carrara  para construir sus obras. Perrig hoy en homenaje a esa inspiración fraterna, incorpora polvo de mármol en sus obras , trascendiendo la memoria de las obras de  su abuelo quien inconscientemente ayudó a construir su identidad visual. 

 

Sus primeros años rodeado por un ecosistema tremendamente vivo fué sin duda un aliciente a la hora de integrar su propio paisaje personal a su trabajo creativo actual.

 

En 2018 se graduó como realizador de artes visuales en la Escuela de Artes Visuales Lino Spilimbergo (Bahía Blanca). Actualmente vive y trabaja en Buenos Aires, Argentina. Su trabajo abarca desde la pintura hasta la producción e interpretación musical alternativa de Hip Hop.